¿Que es la inclusión educativa?
La
diversidad es una característica de la conducta y condición humana que se
manifiesta en el comportamiento y modo de vida de los individuos, así como en
sus modos y maneras de pensar, circunstancia esta que se da en todos los
niveles evolutivos de la vida y en todas las situaciones.
Por
lo tanto, las diferentes tendencias educativas han sido el resultado de los
propios cambios sociales y del alumnado existente. Esta diversidad tiene amplia
repercusión en las aulas, puesto que en ese escenario educativo se dan de forma
continua y permanente. En este sentido, el significado de inclusión tiene
implicaciones en el estudiante que se construye (Hall, 1997).
El
sistema educativo y en especial la escuela, deben crear condiciones para que
exista igualdad de oportunidades en todos sus escolares. El acceso a las
instituciones educativas no significa, necesariamente, una respuesta adecuada a
la igualdad de oportunidades y a la inclusión social; todos los niños pueden
tener éxito, aprender, desarrollarse, acceder al conocimiento y a la cultura,
emplear sus habilidades intelectuales y prácticas y alcanzar el máximo
desarrollo de sus capacidades.
En
relación con ello, en la Educación Primaria se aspira a un proceso educativo
desarrollador, que permita lograr al máximo las potencialidades de todos los
educandos, en un clima participativo, de pertenencia, que estimule de manera
consciente el intercambio comunicativo, cuya unidad, armonía y felicidad por
los avances alcanzados por todos contribuya al logro de los objetivos y metas
propuestas (MINED, 2016, pág. 40)
La
institución escolar debe responsabilizarse con el desarrollo máximo posible de
cada educando sin segregar a nadie por razones de raza, sexo, grupo social a
que pertenece, nacionalidad, lugar de residencia, creencia religiosa o
capacidad. Según Cardona (2006), distintas investigaciones sobre las actitudes
de los profesores hacia la inclusión educativa, evidencian que esta puede
cambiar en función de un conjunto de variables referidas a la experiencia en el
proceso educativo, las características de los alumnos, la disponibilidad de
recursos, la formación, el apoyo y tiempo disponible.
De
esta manera se concibe la escuela como una institución abierta a la diversidad,
desarrolladora para todos, socializadora, que garantiza una atención
diferenciada y personalizada como respuesta a las necesidades educativas de sus
escolares, incluyendo las necesidades especiales más complejas. En los últimos
años se ha escrito, publicado y discutido en torno a la inclusión y a la integración
de escolares con necesidades educativas especiales.
Acerca
de ello (como se citó en De Boer, Pijl & Minnaert, 2011, pág. 54) se
considera que:
La
escuela es clave en la implementación de la educación inclusiva. Una actitud
positiva juega un rol esencial en la implementación de cambios educacionales
exitosos. Un fundamento básico de la escuela inclusiva, lo constituye el
denominado principio de la normalización que postula la necesidad de que el
niño se eduque en las condiciones más normales posibles, en el medio menos
restrictivo, más socializador y desarrollador posible.
En
relación con ello, los autores del presente ensayo sustentan la idea de una
escuela inclusiva, que no segregue a ningún niño a pesar de sus diferencias,
que integra también a los niños con diferentes tipos de discapacidades se
convirtió en una fuerte tendencia y hasta en política de gran número de
sistemas educativos, declarada en documentos oficiales.
La
escuela inclusiva forma parte de un proceso de inclusión más amplio; supone la
aceptación de todos los escolares, exige la transmisión de nuevos valores en la
escuela; implica incrementar la participación activa (social y académica) de
los escolares y disminuir los procesos de exclusión; supone crear un contexto
de aprendizaje inclusivo desarrollado desde el marco de un currículo común;
exige una profunda reestructuración escolar que debe ser abordada desde una
perspectiva institucional; es un proceso inacabado, en constante desarrollo, no
un estado.
“cultura escolar”
Una
revisión de estudios especializados sobre el tema indica que no hay una única
forma de definir la cultura escolar. Por el contrario, existen múltiples
definiciones; dentro de las más conocidas se encuentran las siguientes: -
Cultura es el código informal que establece “como hacemos las cosas aquí”
(Bower, 1966). -
Cultura escolar incluye sistemas de creencias,
valores, estructuras cognitivas generales y significados dentro del sistema
social caracterizado por un patrón de relaciones de personas y grupos dentro de
ese sistema (Tagiuri y Litwin, 1968). -
Un
conjunto de interpretaciones o ‘teorías en uso’ compartidas por los miembros de
una organización que determina la manera en la cual un individuo responde a
situaciones habituales y da cuenta de los patrones de comportamiento dentro de
una organización (Argyris y Schön, 1976).
-
La cultura consiste en las creencias y valores compartidos que mantienen una
comunidad unida (Deal y Kennedy, 1982).
-
La cultura organizacional consiste en la manifestación de un patrón de supuestos
básicos, inventados, descubiertos o desarrollados por un grupo en tanto aprende
a enfrentar problemas y que ha funcionado lo suficientemente bien como para que
se lo considere válido y se lo trasmita a los nuevos miembros como la forma
correcta de percibir, pensar y sentir (Schein, 1985).
- La cultura escolar es el cristal a través
del cual los participantes se ven a sí mismos y el mundo (Hargreaves, 1996).
-
La cultura escolar está compuesta de reglas y tradiciones no escritas, normas y
expectativas que permean todo: la manera en que gente actúa, cómo se visten, de
qué hablan, si buscan o no ayuda en sus colegas y cómo se sienten los docentes
acerca de su trabajo y de sus estudiantes (Deal y Peterson, 2009).
- La cultura de una organización puede ser
pensada como un conjunto de directivas no escritas que informan a los miembros
acerca de cómo actuar en ciertas situaciones (Schein, 1985).
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